Fuimos a celebrar un cumpleaños. Eramos 42 personas, no están preparados para manejar ese volumen a la vez. Demoraron para todo: para traer la comida y la cuenta. A uno de los invitados le sirvieron un mojito en un vaso rajado y la respuesta del salonero fue que ya se había tomado mas de la mitad del trago. No me pareció para nada una buena respuesta si el error fue de ellos de tener un vaso roto en su inventario. De verdad quedé decepcionada de este restaurante después de tenerlo catalogado como un buen restaurante y hasta recomendarlo a mis amistades. La limpieza del baño también es deficiente. Pedí un ossobucco que no fue de mi agrado ni en aspecto ni en sabor.