Un tesoro escondido en el hotel Waldorf, me contaron unos amigos del restaurante y fui con la familia a probarlo, el hotel tiene estacionamiento amplio y al llegar al restaurante lo primero que te recibe es una chica con una sonrisa espectacular que te indica que será el comienzo de una noche increíble, preferimos la terraza que es ta súper bien ubicada con buena vista de la ciudad y la noche del sábado estaba particularmente fresca, muy rico el ambiente, comenzamos pues con los pue tos de padrón que están muy bien hechos, el pulpo a la gallega infaltable en este restaurante de carta española y también probamos las gambas y las chistorras que estaban brutales, la verdad que el restaurante se presta para ir de tapas como buen español o hasta para pedir algunos platos de fondo como hicimos con el lenguado en salsa verde o el cocido madrileño que la verdad estaba espectacular, tienen una buena selección de. unos espectaculares para acompañar la cena, el servicio del mesero estuvo impecable la verdad es que pocos lugares tiene el nivel de servicio, atención y esmero desde que llegas hasta que te vas, fue una noche para recomendar y repetir los felicito!!!

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