Tenía un recuerdo de más de 10 años del restaurante, donde siempre pedía como entrada los calamares al piquillo y pulpo al carbón, seguido de langostinos.., esta vez no pase de las entradas.... el pulpo al carbón salvo un poco la noche así como el vino y la sangría, pero no tener ese placer de ver esos calamares enteros, blanquitos y frescos, como antes, me decepcionó mucho... las porciones ajustadas a diferencia de lo que solían ser antes. Prefiero quedarme con el recuerdo.