Ayer pude volver a este restaurante, después de varios meses. Uno de los que recomiendo ampliamente. Como es tradición, llevan la taza con el caldo de cortesía, el platito con chimichurri y unas zanahorias encurtidas. Para comenzar, pedí la que considero mi entrada favorita: los Patacones Reales. Esta vez, con camarones. Deliciosos. De plato fuerte, una corvina al ajillo con un filete de pollo asado, ensalada mixta y patacones. Todo bien preparado, y me gustó el ajillo de la corvina. Para tomar, una rica limonada real con maracuyá. También la recomiendo con fresa. Atención excelente y el ambiente tranquilo, con música a volumen bajo. Vayan con buen apetito. Les encantará.