Es un restaurante que acostumbro a ir con la familia, un poco pequeño pero bien acogedor. Excelente lugar para degustar una comida con sabor afrontillano, la atención por lo general es muy buena, solo que los meseros son cambiados muy frecuentemente, hacen su esfuerzo pero a veces no están muy relacionado con algunas preguntas que se le hace sobre el menú. Pidan las torrejas de bacalao de entrada, te la sirven con una salsa y es verdaderamente espectacular.