La decoración es acogedora, sin embargo la mesa para 4 muy pequeña, las entradas no cabían. Muy buena atención de Robert, atento y dispuesta a recomendar. Probamos entradas como el carpaccio, croquetas de risotto, los hongos, y de plato fuerte me encantó el salmón en salsa blanca con mariscos y spaguetti al óleo, todo muy rico y con porciones de acuerdo a su precio y calidad.