Siempre voy a Madero porque la comida es deliciosa y el trato excepcional, se siente como en casa. El servicio al cliente que ofrecen sus empleados es el mejor activo que posee ese restaurante, ojalá sus propietarios lo sepan! María y Raúl siempre están pendientes de sus comensales. El sancocho a los medio día son todo un éxito.