Un lugar diferente, con un ambiente agradable y familiar. Interesante las combinaciones de las comidas tradicionales panameñas con un toque original del chef. En algunas cosas se les ha ido la mano en precio, por ejemplo una hojaldra 2.25 dólares es carísimo. Si nos ponemos a ver qué es una masa normal. La orden de queso y de chicharrón igual. Deben balancear los precios según los platos más elaborados. La lasaña espectacular y vale la pena pagar un plus, por ser una combinación fuera de lo normal (masa de torreja que en realidad parece masa de changa). En resumen buen restaurante, buenas combinaciones, algunos precios demasiados altos.

• 
•