Es un verdadero restaurante clásico alemán, muy buen ambiente con decoración estilo taberna, sillas en las barras, muy elegante con paredes y piso de madera. La comida es exquisita, pedimos schnitzel de carne de res y estuvo delicioso, la carne era suave y buena porción, la salsa con vino y los hongos muy ricos, venía acompañada con un plato aparte de papas salteadas. El ambiente invita a tomar una cervecita, tienen buena variedad de cervezas pero los precios son más elevados comparando con otros restaurantes/pubs a los que he ido, pedimos una cerveza de barril que habíamos entendido era de medio litro pero el vaso era de 0.4 litros.