Me toco ir por el cumpleaños de una amiga, tenía un salón reservado y te daban un menú con 2 opciones para bebida, 2 de entrada, 3 de platos fuertes y 2 de postre. Lo incomprensible es como teniendo un menú ya establecido y fecha y hora de la reserva no puedas prepararte para sacar los platos en menos de UNA HORA, y no estoy exagerando. Y como si la demora no fuese suficiente después de esperar casi OTRA HORA entre la entrada y el plato fuerte se me acercan para decirme que no tenían lo que pedí. Espero no tener que volver nunca, la comida fue menos que mediocre y la atención paupérrima. Hay muchas mejores opciones de comida peruana en la ciudad.