Este restaurante es una joya oculta en el medio de la ciudad. La comida es excelente, el ambiente súper acogedor. Y el servicio es como si estuvieras en casa. Recomiendo el Bliní de carne queso y hongos, las porciones son apropiadas, las ensaladas son muy ricas, hacen unas bebidas a base de frutos del bosque que dan ganas de repetir y ni hablar de los postres! Voy muy seguido, es uno de mis lugares favoritos en este momento. Lo recomiendo 100% Y si quieres comer comida Rusa casera lo recomiendo 200% En el restaurante se habla Ruso, Ingles y español!