Dentro del bullicio de la ciudad se encuentra esta frontera con la china milenaria donde un buen plato de sopa de wanton y arroz frito de combinación pueden cambiar los paradigmas que pueden incentivar la buena vibra de un día. El estacionamiento es complicado, lo que hice fue dejar el carro en el estacionamiento de la cinta costera frente a la entrada al casco y caminar. El precio es de 5 para arriba y desalojen todo los estigmas comediles que estrechan sus paladares, atrevanse.