Los dueños son coreanos, y la comida parece ser auténtica coreana pero con un sabor no bueno. Probé las sopas de kimchi y sundubu, y las dos son malisimas. Igualmente probe el kalbi jim y la carne estaba tan dura que no se podia arrancar con los dientes. Tuvimos que pedir una tijera para poder cortarla en pedazos pequeños y asi poder masticarla. Lo unico que me atrevo a decir que vale la pena gastar su dinero es el bbq y solo porque este no involucra salsas para marinar la carne, ni otra preparacion que cortar la carne en finas rebanadas.