Hacía mucho tiempo que no iba a esta sucursal. Tanto los platos salados, como los dulces y el café, son buenos. El pan, no es el que más me gusta de Panamá. Los precios ya son más asequibles que antes. Como puntos negativos: el ambiente en ocasiones es demasiado familiar para mi gusto, y no entiendo ese sistema de hacer colas en la caja para pagar. Ese tiempo de espera de pie me resulta desagradable.