Fuimos en San Valentín y a pesar de estar lleno el restaurante, me sorprendió la rapidez con la que llegaron nuestros platos fuertes. Nosotros pedimos Pescatore y risotto Don Joaquín, la comida estaba deliciosa, buenas porciones y la cantidad de camarones de la pasta era muy apreciable. El servicio fue muy amable y el ambiente agradable. Primera vez que iba pero definitivamente quiero volver a probar algún otro platillo.