Fui con mi familia a comer un día que nos visitaba mi hermana que venía de España. La verdad que la comida para ser criolla está bastante cara y no es algo extraordinario. Sé que la ubicación quizás haga que se incrementen los precios, pero aún así me pareció mala la relación calidad-precio. En cuanto al ambiente está algo cargada la decoración, aunque con elementos “típicos” (cáscaras de diablillos, y otras cosas) que harán que el turista se sienta en un lugar “panameño”. La atención es muy parca, y mucho más cuestionable por estar en un turístico.