Fuimos a este restaurante aprovechando estos días libres y que estábamos en el Causeway. El ambiente del local resulta agradable, casual y muy a tono con su cercanía al mar. Para picar, pedimos almejas y arañitas, ambos platos muy bien servidos y deliciosos tanto así que repetimos las arañitas. Me pareció que las picadas no son muy abundantes. Los platos para compartir resultan buenos cuando, o no hay mucha hambre o ambos comen poco, por lo cual es preferible pedir dos opciones para picar y no quedarse con hambre. Lo único que no nos gustó fue la atención. El mesero parecía enojado, molesto por atendernos, y eso que somos de buen trato y respeto. Sugiero al restaurante mejorar este aspecto, no resulta agradable sentir que se es una molestia. Muy rico, realmente...pero, no creo que vuelva.