La ubicación es céntrica, al diagonal de Las Tinajas, fácil de encontrar aunque puede haber problemas con estacionamiento. La terraza da a la calle, no muy transitada, pero como no me gusta aspirar el humo de los carros, me gustó más adentro, donde hay aire acondicionado y las paredes están adornados con los cuadros "típicos" indostanes. El servicio fue super amable, pueden explicar los platos aunque las meseras son latinas y no hindues. Atienden rápido. Tienen variedad de platos que a mi me pareció enorme, habrá que regresar para probar más opciones. Fui en grupo de los amigos, pedí samosa en salsa de garbanzos y cordero con arroz basmati rojo, a mí me encantó todo. Mi bebida fue yogur líquido con mango, también fue muy bueno, puedo recomendarlo. Sobre los comentarios que todo es picante: bueno, creo que estos platos de todos modos los "panamenizaron" porque probé en ocasiones comida hindú preparada por indostanes y ésta era como para echar humo por la nariz, boca y orejas; en comparación con esto la comida del restaurante es como mitad picante, se siente, pero no tanto como para llorar y llorar. Los precios son bastante económicos; es como de Atens Pizza, pero en variante hindú. Definitivamente regresaré en otra ocasión.
