Tienen valet parking lo que facilita la vida pues el estacionamiento es escazo. La atención de Angel estuvo apropiada. El vino por copa en mi caso un Verdejo que no conocía, bueno y a precio justo. El salmón sobre una tortillita de quinoa (me gustó mucho) estuvo en su punto. Los sobreritos de pato me parecieron interesantes pero el sabor de pato congelado por mucho tiempo predominó. Ojo con el proveedor. El ambiente es de restaurante-pub sin mucha inovación salvo la cara de Dali en una pared.
