Hace mucho queríamos conocer este lugar. Fuimos a cenar un martes por la noche. El ambiente me pareció agradable. Es un lugar pequeño, aunque acogedor. El servicio es muy atento y la comida salió bastante rápido. Pedimos unas almejas en salsa pomodoro de entrada. La salsa delgada, con buen sabor, tomates y muy natural. Estuvo rico, aunque creo que si le hubieran quitado la piel a los tomates habría estado aun mejor. Mi esposo pidió un filete a la pimienta con papas salteadas. El plato también venía con una ensaladita verde de rugula. Estaba muy rico. La carne en su punto y muy jugosita. Probamos también penne a la amatriciana, salsa a base de tomates, tocino y cebollas. También rico. Los sabores muy delicados y todo bastante natural. Pedimos dos pizzas también: Amalfi y Pocitana. Ambas estuvieron deliciosas y las recomendamos. Sangría blanca para bajar, muy rica. De postre, un cheesecake de Nutella que estuvo de ensueño. Volveremos!