Soy fiel a este restaurante que nunca falla. Con mi esposa invitamos a dos nietos pequeños. Contrario a los mariscos y pescados que son mi elección, mis nietos pidieron muy a mi pesar espaguetis. Casi los mato. Pues bien, el mesero super atento se los trajo. Mi filete de mero en salsa verde acompañado por un vinito blanco por copas estuvo delicioso. Mis acompañantes estuvieron contentos, les gustó el muro de agua corriente, la música del piano, el esqueleto del bote en el techo y ahhhh ... su pasta.
