Es un lugar de ensueño, y realmente sientes ese cariño y calor familiar, desde la decoración es como si la sra Lourdes te abriera las puertas a su casa. El personal amable, íbamos con niñas y fueron muy atentos, la comida y postres son deliciosos, buena porción vs el costo, de seguro volveremos y para hospedarnos a disfrutar mas de este mágico lugar. Vale la pena conocer la casa de Lourdes y deleitarse de los platillos!!