Reservamos en este restaurante y definitivamente cumplió nuestras expectativas. El ambiente es espectacular sobre todo al atardecer, sientes una vibra positiva gracias al paisajismo y decoración mediterránea. Pedimos la chuleta ahumada con puré de ñame y estaba delicioso. Esta es una de las mejores chuletas que he probado y acompañado con vino carbernet, brinda un elemento mucho más satisfactorio. Para finalizar un pecan pie como postre en una tarde/noche perfecto en cantidad de dulce sin exagerar.