No me gustó mucho mi experiencia en este restaurante. Empezaré diciendo que el trato y el recibimiento fue poco cortés y a pesar de las restricciones por covid tenían una mesa con más de 10 personas. Yo iba con mi familia (éramos en total seis) y no nos querían conseguir mesa por la cantidad por más que el restaurante estaba vacío y por teléfono nos dijeron que no aceptaban reservas. Obviamente todo esto era mentira porque sí tenían una mesa con letrero de reserva y en otra había un grupo de más de 10 personas. Luego, la comida, no puedo decir que estaba mala, pero no me deslumbró, además que trajeron la comida tarde y a destiempo. Por ejemplo, mi mamá y yo compartimos una jalea, pero nosotras ya habíamos terminado la misma para cuando ellos le trajeron la comida a los demás. En general no regresaría.