Jamás hubiese visitado este restaurante, ubicado en las afueras de la Ciudad de Santiago, a no ser por las reseñas en Degusta. La decoración un poco antigua y sencilla. La atención buena. Lo que me sorprendió fue la calidad de los platos: pizza con queso feta y miel; queso prensado al grill con salsa de tomates; ensalada griega y el flan de la casa. El mejor flan que haya probado en mi vida. Parece que son dos dueñas muy dedicadas al sitio. Creo que éramos de los pocos foráneos, es un secreto de los veragüenses. En plena via panamericana, ideal para viajeros.