El restaurante tiene muy poco parking, sin duda es un lugar para ir con tiempo y con la mente abierta. Llegamos a las 3 pm y nos sirvieron la comida a las 5 pm, mi esposo pidió un arroz y le trajeron pollo con vegetales porque el arroz se había acabado. Yo pedí un pollo con chocolate que venía con una guarnición de papas, pero en su lugar llegaron unos patacones, porque las papas se habían acabado 🤣 la chef es muy amable, una señora muy simpática, la salonera por su parte no es muy diestra al momento de explicar el contenido de cada plato. El lugar es bueno, es totalmente diferente, sin embargo es para comensales flexibles y que estén dispuestos a aceptar platillos que no son precisamente los que pidieron