Me encanta este restaurante precisamente porque lo tiene todo: Buena comida, exquisitos postres que no se encuentran en ningún otro lugar (son los mejores de David, a mi parecer), buen café y sus deliciosas empanadas y emparedados; un servicio excelente y un ambiente agradable que logra ser sencillo y refinado a partes iguales. Los precios son un poco altos, pero es porque de verdad lo valen. Muy recomendado.