Estuve con mi familia hace unos días por primera vez y la verdad lamento no haber ido antes. La atención muy buena, el servicio personalizado y su ambiente muy comfy y estilo familiar.. pedí un spaghetti marinara y estaba super yummy.. el resto también quedó super satisfecho con sus platos, entre ellos mousaka y gyro. Desde ya puedo decir que será una parada obligatoria cada vez que visite Santiago..