La comida mala. Ningún plato de la mesa estaba sabroso. Pulpo duro, un plato medio crudo, otro muy cocido. Ensalada enlatada de aceitunas con maíz en todos los platos. Pedimos arroz blanco y nos dieron arroz con frijoles. La espera interminable. El vino llegó cuando ya al fin estaba la comida. Nos propusieron tomarlo con el corcho adentro. La atención súper amable. Esperamos que mejoren la calidad de los platos, pues el hotel es precioso.